Desde muy pequeña, Amara La Negra mostró una fuerte inclinación hacia el mundo del espectáculo.

Su primera gran oportunidad llegó cuando tenía apenas cuatro años, al integrarse al elenco infantil de “Sábado Gigante”, el emblemático programa de Don Francisco.

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En ese espacio, comenzó a desenvolverse frente a las cámaras con naturalidad y alegría, cautivando tanto al público como a la producción.

Durante varios años, Amara formó parte del segmento infantil del programa, destacándose no solo por su talento, sino también por su carisma y energía.

Fue una de las pocas niñas afrodescendientes visibles en la televisión hispana de esa época, lo cual marcó un precedente importante en términos de representación y diversidad en los medios.

El tiempo que pasó en “Sábado Gigante” fue clave en su desarrollo artístico. No solo aprendió a bailar y actuar, sino que también ganó confianza en sí misma y en su identidad.

Amara ha contado en entrevistas que esta etapa fue fundamental para entender cómo funciona la industria del entretenimiento desde adentro.

Años después, ya siendo adulta, Amara recordó con cariño y emoción su paso por el programa y el impacto que tuvo en su vida.

Incluso compartió anécdotas sobre cómo solía hacer travesuras frente a las cámaras y cómo Don Francisco siempre la trató con afecto y respeto, siendo una figura influyente en sus inicios.

En un reencuentro que emocionó a muchos, Amara volvió a encontrarse con Don Francisco luego de casi dos décadas.

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