Muchos creen que una reina se hace solo con belleza y pasarela… pero hay batallas que se pelean en silencio.
Y en el caso de Lina Luaces, hubo alguien que estuvo ahí cuando las cámaras no estaban. Alguien que la escuchó llorar más de una vez. Y no, no estamos hablando de Lili Estefan.

MIRA EL VIDEO AL FINAL DEL CONTENIDO
En medio del torbellino de emociones que fue convertirse en Miss Universe Cuba, Lina reveló algo que nadie esperaba: hubo días en que la ansiedad la desbordaba, y cuando sentía que no podía más, agarraba el teléfono y marcaba.

¿A quién? A Clarissa Molina. Así, sin vueltas.
“Casi todos los días yo la llamaba, le mandaba recados… Clarissa, ayúdame, yo soy modelo, yo no sé cómo hacer esto”, confesó Lina, dejando claro que detrás de la reina segura había una chica llena de dudas.
Y fue Clarissa quien la escuchó, la aconsejó, y sobre todo, la acompañó.

El agradecimiento no solo vino de ella. Lili, su mamá, le dedicó unas palabras a Clarissa que lo dicen todo:
“Gracias por secarle las lágrimas, por aparecerte en persona, por hacerle entender que la gente solo le tira piedras al árbol que da frutos”.

Y la respuesta de Clarissa fue igual de contundente: “No me agradezcas, lo hice con todo el corazón”.
En un mundo donde todo parece perfecto en redes, Lina se animó a mostrar su lado más humano. Y esa sinceridad, esa necesidad de apoyo, le dio todavía más brillo a su corona.

Porque una reina de verdad, también llora… pero sabe bien a quién llamar.
A CONTINUACION MIRA EL VIDEO:
News
Encontré a mi hija arrodillada bajo la lluvia, mientras su esposo la castigaba por haber comprado un vestido nuevo. Desde dentro, podía escuchar a su marido y a su familia riéndose. La levanté, pateé la puerta y dije cinco palabras que jamás olvidarían.
La lluvia caía con una fuerza casi horizontal cuando mi coche se detuvo frente a la casa de mi hija….
Acababa de comprar un cottage cuando mi nuera me llamó: ‘Llegamos en dos horas con veinte familiares. Prepara habitaciones y comida; nos quedamos dos semanas.’ Yo solo sonreí… y elaboré un plan.
La llamada llegó justo cuando estaba guardando las últimas cajas en mi recién comprado cottage. Uno pequeño, encantador, perdido en un…
Mi hijo y su esposa me pidieron que cuidara a su bebé de dos meses mientras ellos iban de compras. Pero, por más que lo abrazaba, el pequeño no dejaba de llorar desesperadamente. Algo no iba bien. Cuando levanté su ropa para revisar el pañal, me quedé paralizado. Había… algo increíble. Mis manos empezaron a temblar. Tomé a mi nieto rápidamente y salí corriendo hacia el hospital.
Nunca olvidaré aquella tarde de sábado en Madrid. Mi hijo y su esposa me habían pedido que cuidara a su…
Después de dedicar seis meses a coser a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para oírla decir entre risas: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece comprado en una tienda de segunda mano.” Sentí cómo algo dentro de mí se desmoronaba, pero respiré hondo, levanté la cabeza y me llevé el vestido sin decir palabra. Sin embargo, más tarde sucedió algo que jamás habría imaginado…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial…
Había entrado fingiendo ser una clienta anónima, con la libreta escondida en el bolso, cuando apareció el mensaje de mi hija, aterrorizada: “¡Mamá, me acusa de robar! ¡Llama a la policía!”. Se me heló la sangre, pero mi respuesta fue firme: “Cariño, escóndete en el almacén. Voy para allá”.
“Había entrado fingiendo ser una clienta anónima, con la libreta escondida en el bolso, cuando apareció el mensaje de mi…
“¡Lárgate de esta casa, vieja inútil!” — La humillación que convierte la hacienda de Joanna en un campo de batalla familiar.
«Como vuelvas a pisar esta casa, te juro que te echo con mis propias manos, vieja inútil.» Ese fue el…
End of content
No more pages to load






