En medio de una competencia donde la sonrisa perfecta y el vestido de gala suelen llevarse todos los aplausos, Lina Luaces decidió hacer algo distinto: hablar con el corazón.
Frente a un jurado que esperaba frases ensayadas y respuestas políticamente correctas, ella se plantó con firmeza y dejó claro que no había llegado hasta allí solo por tener una cara bonita.

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No es la primera vez que Lina se sale del molde. Desde que entró al mundo de los certámenes, dejó claro que no iba a limitarse a desfilar con tacones ni a posar con coronas.

Y esta vez lo volvió a demostrar con una declaración que se sintió más como un mensaje a todas las mujeres que como una respuesta para ganar puntos.
“Soy más que una cara bella”, dijo con la mirada fija y sin titubear, dejando a varios con la boca abierta. Su tono no fue de desafío, fue de verdad.

Porque detrás de la modelo está la mujer, la hija de Lili Estefan, la joven que ha aprendido a brillar sin tener que encajar en ningún molde.
La reacción del público no tardó: aplausos, emoción y un reconocimiento silencioso a ese gesto de autenticidad que no siempre se ve en las pasarelas.

En tiempos donde el discurso importa tanto como la imagen, Lina eligió mostrarse completa. Y lo logró.
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