Aunque su relación sentimental terminó hace tiempo, Adamari López y Toni Costa han demostrado que el cariño y respeto siguen siendo pilares fundamentales en su convivencia como padres.
Recientemente, la expareja dejó a sus seguidores sin palabras al protagonizar un gesto cargado de unión y ternura junto a su hija Alaïa, algo que generó miles de reacciones en redes sociales.

MIRA EL VIDEO DE ADAMARI LOPEZ Y TONI COSTA AL FINAL DEL CONTENIDO
El momento especial ocurrió durante una actividad familiar donde ambos se reunieron para sorprender a su pequeña.

Adamari compartió un video donde se veía a Toni disfrutando de una sorpresa que, según la actriz, fue organizada con ayuda de Santa Claus.
Este gesto, que tuvo como intención principal alegrar a Alaïa, también evidenció la complicidad y armonía que aún existe entre ellos, algo que los seguidores no dejaron de aplaudir.

En las imágenes, Toni se mostró emocionado, mientras que Adamari no pudo evitar miradas cómplices hacia él, lo que desató rumores y comentarios en las redes.
MIRA EL VIDEO DE ADAMARI LOPEZ Y TONI COSTA AL FINAL DEL CONTENIDO

«Se ve que todavía hay amor lindo entre ellos», escribió un fan. Sin embargo, tanto Adamari como Toni han reiterado en varias ocasiones que su prioridad es la felicidad de su hija, descartando cualquier posibilidad de reconciliación romántica.
Los fans, por su parte, siguen esperanzados con una posible segunda oportunidad en el amor para la pareja.

Aunque ellos insisten en que su relación está basada en el respeto mutuo y la co-paternidad, el reciente gesto ha demostrado que, separados o no, su conexión sigue siendo única y especial.
Un ejemplo claro de que, cuando se trata de los hijos, el amor toma muchas formas y puede unir caminos que, aunque distintos, siguen caminando en la misma dirección.

aA CONTINUACION MIRA EL VIDEO DE ADAMARI LOPEZ Y TONI COSTA
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






