Ciudad de México.— Sergio Goyri, el eterno galán de las telenovelas mexicanas y quien por décadas ha encarnado al “macho alfa” en la pantalla chica, vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, no por una actuación memorable ni por un nuevo protagónico, sino por unas declaraciones que han generado un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación.

Todo comenzó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde varios reporteros interceptaron al actor para preguntarle sobre su regreso a la televisión en el esperado remake de “El Privilegio de Amar”. Sin embargo, la conversación tomó un giro inesperado cuando uno de los periodistas le preguntó si estaría dispuesto a interpretar a un personaje homosexual en alguna producción.
La respuesta de Goyri fue clara y contundente: “Me han ofrecido muchas, pero no… no creo que me sintiera a gusto. Yo no haría eso”, declaró sin titubear. Aunque el actor aseguró que respeta “esa inclinación”, el uso de esa palabra y el tono de sus declaraciones no tardaron en provocar reacciones encontradas.
Redes sociales al rojo vivo
En cuestión de horas, el nombre de Sergio Goyri se volvió tendencia en Twitter y otras plataformas. Cientos de usuarios criticaron lo que consideraron una postura homofóbica y anticuada, señalando que sus palabras reflejan una falta de apertura y sensibilidad hacia la diversidad sexual. “¿En serio? En pleno 2025 y todavía tenemos actores que piensan así”, escribió una usuaria. Otros, en cambio, defendieron el derecho del actor a elegir los papeles que interpreta, argumentando que la libertad artística también implica poder decir “no”.
“Cada quien es libre de aceptar o rechazar los personajes que quiera. No significa que sea homofóbico, simplemente no se siente cómodo y punto”, opinó otro internauta.
Una industria en transformación
El debate no es menor. En los últimos años, la televisión mexicana —y en particular las telenovelas— han comenzado a abrir espacio a personajes LGBTQ+ y a historias que reflejan la diversidad de la sociedad actual. Sin embargo, la inclusión sigue siendo un tema delicado y, como demuestra el caso de Goyri, todavía hay resistencias.
Expertos en medios y cultura popular señalan que la postura del actor es sintomática de una generación que creció bajo parámetros muy distintos a los actuales. “Sergio Goyri representa una época en la que los roles estaban muy definidos y la masculinidad se entendía de una forma rígida”, explica la periodista cultural Ana Sofía Ramírez. “Hoy, la audiencia exige otro tipo de representaciones y los actores están llamados a evolucionar junto con el público”.
El regreso de Goyri y el fantasma del pasado
Mientras las redes arden, Sergio Goyri se prepara para su regreso triunfal a la pantalla chica. En el remake de “El Privilegio de Amar”, dará vida al personaje que en su momento interpretó el legendario Enrique Rocha, un villano elegante y sofisticado. Goyri, fiel a su estilo, defiende el papel de las telenovelas en la sociedad mexicana: “Las telenovelas mantienen a la gente junta, son parte de nuestra cultura”, afirmó.
No obstante, para muchos, la pregunta sigue en el aire: ¿Puede un actor seguir siendo relevante si no se adapta a los nuevos tiempos? ¿Hasta qué punto la libertad artística justifica la negativa a interpretar ciertos personajes? ¿Es suficiente con “respetar” a la comunidad LGBTQ+ sin involucrarse activamente en la representación de su realidad?
Voces a favor y en contra
Algunos colegas del medio han salido a respaldar a Goyri. “No todos los actores tienen que hacer de todo. Hay que respetar sus límites”, declaró una actriz que prefirió mantener el anonimato. Otros, en cambio, consideran que la industria debe ser más proactiva en promover la inclusión y romper estereotipos.
El actor y activista Mauricio Martínez fue uno de los más críticos: “La visibilidad importa. Si los actores famosos siguen rechazando estos papeles, ¿cómo vamos a cambiar la narrativa?”, cuestionó en su cuenta de X.
¿Libertad artística o falta de evolución?
El caso de Sergio Goyri reabre una discusión que está lejos de resolverse. ¿Es válido que un actor se niegue a interpretar ciertos personajes por motivos personales o es una muestra de intolerancia? ¿Debe la industria forzar la inclusión o respetar la libertad individual?
Por lo pronto, lo cierto es que la polémica ha puesto sobre la mesa la necesidad de seguir avanzando hacia una televisión más diversa e incluyente, donde todos los actores —y todos los públicos— se sientan representados.
Mientras tanto, Goyri sigue fiel a sí mismo, defendiendo su derecho a elegir. Pero la pregunta persiste: ¿Hasta cuándo podrá mantenerse al margen de los cambios que ya transforman el rostro de la televisión mexicana?
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