Raúl González, conocido presentador del programa matutino «Despierta América», provocó una gran preocupación cuando sufrió un desmayo en pleno programa en vivo.
El incidente encendió las alarmas entre sus compañeros y el equipo de producción, que rápidamente se movilizó para brindarle asistencia.
VER EL VIDEO AL FINAL DE ESTE ARTICULO.

Durante la emisión, Raúl González estaba en medio de una dinámica del programa cuando de repente se desvaneció.
La situación alarmó tanto al personal del programa como a los televidentes que seguían la transmisión.

Inmediatamente, Karla Martínez y otra de las presentadoras, que estaban presentes en el set, acudieron a su lado para ofrecerle los primeros auxilios mientras se solicitaba ayuda médica.
La rapidez y la calma de sus colegas ayudaron a manejar la situación de manera efectiva.

Martínez, con gran profesionalismo, tranquilizó a la audiencia mientras el equipo médico se preparaba para asistir a González.
Tras el incidente, Raúl González fue revisado por los especialistas presentes en el lugar y se le proporcionó atención médica inmediata.

Más tarde, González explicó que su desmayo se debió a una bajada repentina de presión. Aclaró que no se trataba de un problema grave, sino de una reacción temporal a una bajada de presión que le causó el episodio.
Afortunadamente, el presentador se recuperó rápidamente y fue capaz de dar una actualización a sus seguidores, asegurando que estaba bien y agradeciendo el apoyo recibido.

El incidente subraya la importancia de estar preparados para situaciones de emergencia en vivo y el valor del equipo de producción y compañeros que actúan con rapidez y eficiencia.
Raúl González, conocido por su energía y carisma, demostró su fortaleza al superar este inesperado contratiempo, reafirmando su compromiso con el programa y sus seguidores.
VIDEO
News
Encontré a mi hija arrodillada bajo la lluvia, mientras su esposo la castigaba por haber comprado un vestido nuevo. Desde dentro, podía escuchar a su marido y a su familia riéndose. La levanté, pateé la puerta y dije cinco palabras que jamás olvidarían.
La lluvia caía con una fuerza casi horizontal cuando mi coche se detuvo frente a la casa de mi hija….
Acababa de comprar un cottage cuando mi nuera me llamó: ‘Llegamos en dos horas con veinte familiares. Prepara habitaciones y comida; nos quedamos dos semanas.’ Yo solo sonreí… y elaboré un plan.
La llamada llegó justo cuando estaba guardando las últimas cajas en mi recién comprado cottage. Uno pequeño, encantador, perdido en un…
Mi hijo y su esposa me pidieron que cuidara a su bebé de dos meses mientras ellos iban de compras. Pero, por más que lo abrazaba, el pequeño no dejaba de llorar desesperadamente. Algo no iba bien. Cuando levanté su ropa para revisar el pañal, me quedé paralizado. Había… algo increíble. Mis manos empezaron a temblar. Tomé a mi nieto rápidamente y salí corriendo hacia el hospital.
Nunca olvidaré aquella tarde de sábado en Madrid. Mi hijo y su esposa me habían pedido que cuidara a su…
Después de dedicar seis meses a coser a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para oírla decir entre risas: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece comprado en una tienda de segunda mano.” Sentí cómo algo dentro de mí se desmoronaba, pero respiré hondo, levanté la cabeza y me llevé el vestido sin decir palabra. Sin embargo, más tarde sucedió algo que jamás habría imaginado…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial…
Había entrado fingiendo ser una clienta anónima, con la libreta escondida en el bolso, cuando apareció el mensaje de mi hija, aterrorizada: “¡Mamá, me acusa de robar! ¡Llama a la policía!”. Se me heló la sangre, pero mi respuesta fue firme: “Cariño, escóndete en el almacén. Voy para allá”.
“Había entrado fingiendo ser una clienta anónima, con la libreta escondida en el bolso, cuando apareció el mensaje de mi…
“¡Lárgate de esta casa, vieja inútil!” — La humillación que convierte la hacienda de Joanna en un campo de batalla familiar.
«Como vuelvas a pisar esta casa, te juro que te echo con mis propias manos, vieja inútil.» Ese fue el…
End of content
No more pages to load






