Después de perder más de 110 libras, Raúl de Molina optó por someterse a una panniculectomía para eliminar el exceso de piel y grasa que colgaba de su abdomen. El presentador confesó que esta acumulación le impedía nadar, hacer ejercicio y le causaba molestias constantes. La intervención, realizada a finales de mayo, le permitió quitarse más de 15 libras de tejido sobrante.

Sin embargo, diez días después de la cirugía, cuando retomó su rutina de caminatas —aproximadamente 2.1 millas al día—, comenzó a sentir dolor en el pie izquierdo. Un médico le recetó antiinflamatorios, lo que complicó su evolución y le provocó una hemorragia en la zona operada. Su hija Mía llegó a llamar al 911 cuando él perdió el conocimiento en casa, lo que llevó a una transfusión de sangre y una operación de emergencia para evitar una sepsis.

El especialista Daniel Campos explicó que la panniculectomía es una intervención médica pensada para eliminar el pannus —esa piel y grasa colgante tras una pérdida de peso significativa—, y no solo aporta beneficios estéticos, sino también funcionales y de salud. Esta cirugía mejora la higiene, reduce la irritación, el dolor de espalda y facilita el ejercicio, aunque deja una cicatriz y requiere una recuperación cuidadosa. Además, para asegurar una adecuada recuperación, se recomienda mantener un peso estable, dejar de fumar y contar con apoyo familiar durante el postoperatorio .

Raúl continúa su proceso de recuperación en casa junto a su esposa e hija, con planes de volver a su trabajo en “El gordo y la flaca” posiblemente la próxima semana. Ha reconocido la importancia de seguir al pie de la letra las indicaciones médicas y de consultar siempre con su cirujano antes de tomar cualquier medicamento o retomar actividad física prematura.