
“Mi esposa me dijo, esta mañana vendí este plátano y tomé la licencia de maternidad, nuestro hijo está a solo 1 mes de nacer… Prometió llegar temprano a casa, llevarla a un chequeo prenatal y luego toda nuestra familia se preparó para darle la bienvenida al angelito.
Y sin embargo… ¡Oh, Dios mío, por qué es tan sombrío! Estaba en el trabajo cuando recibió una llamada de un vecino por un rayo:
‘Hermano, ven a casa ahora, esposa mía… ¡Tu esposa fue atropellada por un camión en el mercado!’
Soltó sus manos callosas y corrió como loco a la calle. A cada paso que corro, mi corazón late como si estuviera a punto de estallar, en mi cabeza solo hago eco de mis palabras: ‘Venderé este viaje, luego volveré a cuidar a mi madre y a mis hijos’.
Llegada… Frente a él estaba la escena de sangre manchada en la carretera, plátanos salpicados y la bicicleta que todavía usaba para transportar mercancías se partió por la mitad. Y yo… la esposa que más ama… yaciendo inmóvil en medio de un círculo de personas en pánico.
Gritó como un loco, se arrodilló y la abrazó, y tembló de desesperación:
«¡Bebé, abre los ojos! Solo queda un mes, mi bebé está a punto de nacer. ¿Por qué te atreves a dejarme solo así?’
Lo sacaron, pero él aguantó, sollozando como un niño. Me voy, dejando en mi estómago una gota de nuestra sangre, el niño no ha tenido tiempo de llamar “padres”.
Es tan triste, esposa… Durante muchos años, la pareja acumuló cada dólar, sacrificando todo para esperar el día en que su hijo naciera en una casa pequeña. Sin embargo, el duro destino me robó, me robó el calor de mi madre.
¿Cómo sabes cómo vivir ahora? ¿Cómo puede ser él solo ambos padres? ¿Cómo es suficiente para compensar el vacío que han sufrido nuestros hijos desde que no nacieron?
Tenía un dolor sofocante, y solo podía mirar al cielo y gritar:
‘Oh, Dios mío, ¿por qué es tan injusto? ¿Cómo te atreves a robarle a tu gentil esposa, cuando está a solo 1 mes de convertirse en madre?’
Esposa, descansa en paz… Prometió que, sin importar lo difícil que fuera, criaría a sus hijos para que crecieran. Pero este dolor, no puedo irme en toda mi vida…”
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