En los ensayos para el gran homenaje a Rubby Pérez, con motivo de sus 50 años de carrera, el Teatro Nacional se llenó de emociones y mucho merengue.
La energía en el ambiente reflejaba la importancia de este tributo, donde más de 25 artistas unirán sus voces y talentos para honrar al reconocido intérprete dominicano. Cada detalle ha sido trabajado con dedicación para garantizar una noche inolvidable.

VIDEO AL FINAL DEL CONTENIDO DE LA TRISTEZA QUE INVADE A LA HIJA MENOR DE RUBBY
Sin embargo, una imagen que llamó profundamente la atención fue la de Ana Beatriz, la hija menor del cantante.

A pesar de formar parte de este momento histórico para su padre, la joven fue vista visiblemente afectada y con una expresión de tristeza.
Lo que contrastó con la euforia que reinaba entre los participantes. Su actitud no pasó desapercibida entre los presentes.

Ana Beatriz tendrá una participación especial en el evento, ya que subirá al escenario para interpretar uno de los temas de su padre.
Esta responsabilidad, sumada a la carga emocional del momento, podría ser la razón detrás de su semblante melancólico. Se espera que su intervención sea uno de los instantes más conmovedores de la noche.

El equipo de producción ha sido aplaudido por su impecable organización. Desde las luces y el sonido, hasta la selección de artistas invitados, todo ha sido preparado con esmero. El evento no solo busca celebrar la música de Rubby Pérez, sino también resaltar su legado como una figura clave del merengue dominicano.
AQUI EL VIDEO VIENDO ANA BEATRIZ TRISTE
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






