Después de Ana María Polo, la psicóloga cubana Vivian González es tal vez la persona más conocida de Caso Cerrado, el exitoso espacio de Telemundo. Pese a su popularidad, la especialista dejó de aparecer en el programa de un día para otro.
Luego de que el doctor Misael González dijera que la conductora de televisión Ana María Polo habló mal de Vivian González, la psicóloga cubana rompió su silencio.
Durante la transmisión del programa ‘El Arañazo Online’, Vivian González le contó al presentador cubano Omar Moinelo toda la verdad sobre sus problemas con la doctora Polo y los motivos reales que motivaron su salida de este popular espacio televisivo.
Vivían González explicó que después de casi trece años de trabajo cuando se presentó para grabar los programas de la nueva temporada que ahora se encuentra al aire los productores de Caso Cerrado le dijeron que no necesitarían más de sus servicios y no la contrataron más, sin ofrecerle en ningún momento una explicación al respecto.
“A mí nunca me llamaron cuando se abrió la nueva temporada de Caso Cerrado en marzo de 2016. El doctor Misael González me dijo oye ya vamos a empezar. Entonces hice una llamada telefónica a una persona que contactaba a los expertos y me dijo que no le habían ordenado que me llamara. No me dieron ninguna explicación, ahí quedó todo”, contó González a Moinelo.
La psicóloga, quien desde hace varios meses conduce su propio programa a través de Facebook Live llamado ‘Al desnudo con la Doctora Vivían’, aseguró que el momento vivido tras conocer de su salida de Caso Cerrado fue bastante desagradables pues, a pesar lo todos los “problemas” que surgieron durante los últimos años entre la Doctora Polo y ella, siempre la consideró una buena amiga con quien vivió “momentos muy especiales y de quien siempre estará agradecida por la oportunidad que le dieron de participar en el show.
“En un momento dado ella me consideró su amiga y yo siento que igualmente fui amiga de ella. Igual lo fui de su expareja, Marlene Key, pero siempre me identifique más con Ana. Creo que entre nosotros hubo discrepancias que nunca fueron aclaradas de la forma correcta… Después de mi salida del programa no la he visto más”, precisó González.
En un momento de la entrevista Moinelo le preguntó si ella le ofrecería algún consejo o le daria alguna terapia psicológica a la Doctora Polo, a lo que simplemente contestó: “A los amigos no se le da terapia… Por lo menos yo la consideré en un momento dado mi amiga, tal vez evidentemente ahora no lo sea”, concluyó.
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






