Clarissa Molina, reconocida presentadora y exreina de belleza dominicana, ha sido una figura destacada en el programa de entretenimiento «El Gordo y la Flaca» durante varios años. Su química con los conductores Lili Estefan y Raúl de Molina le ha ganado el cariño del público. Sin embargo, recientemente ha expresado su deseo de explorar nuevas oportunidades en su carrera, considerando que es el momento adecuado para hacerlo.
En una entrevista, Clarissa compartió que siente la necesidad de crecer profesionalmente y asumir nuevos retos. Aunque ha disfrutado su tiempo en el programa, considera que es hora de buscar otras experiencias que le permitan desarrollarse en diferentes áreas del entretenimiento. Esta decisión no ha sido fácil para ella, ya que implica dejar atrás a colegas y amigos que han sido parte importante de su trayectoria.
A pesar de su éxito en la televisión, Clarissa aún no ha participado en telenovelas, una meta que le gustaría alcanzar. Ha mencionado que las oportunidades en este ámbito suelen requerir presencia en México, lo que ha sido un desafío debido a sus compromisos actuales. No obstante, está abierta a considerar propuestas que le permitan incursionar en la actuación.
Además de su trabajo en «El Gordo y la Flaca», Clarissa ha tenido la oportunidad de conducir importantes eventos y entrevistar a reconocidas personalidades del mundo del espectáculo. Estas experiencias han enriquecido su carrera y le han brindado una visión más amplia del medio, motivándola a seguir creciendo y explorando nuevas facetas profesionales.
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






