En el programa ¡Siéntese Quien Pueda!, la conductora venezolana descartó por completo la posibilidad de reconciliarse con su aún esposo, Nick Hernández.
LINK AL FINAL DEL CONTENIDO DEL VIDEO DE LAS DECLARACIONES DE CAROLINA A SU ESPOSO
Según afirmó, la relación ha llegado a un punto donde no existen opciones para salvarla, especialmente después de los conflictos que han salido a la luz pública.

Durante su intervención, reconoció que los escándalos familiares que han circulado en medios digitales no son motivo de orgullo.
Explicó que, aunque entiende que la vida pública puede exponerse de esa manera, no es algo que desee normalizar ni fomentar.

Resaltó que, como madre, es importante enseñar coherencia a los hijos. Afirmó que, en ocasiones.
La mejor decisión es aceptar que ciertas relaciones no tienen solución y recurrir a las leyes para establecer acuerdos de forma civilizada y responsable

La presentadora enfatizó que su postura frente a una posible reconciliación es tajante.
Dijo que cuando cierra un capítulo en su vida, lo hace de manera definitiva para poder enfocarse en nuevas etapas, sin mirar atrás.

Este proceso de divorcio incluye la participación del padre de su hija menor, lo que lo hace aún más delicado.
Sin embargo, la también empresaria aseguró que está comprometida a manejar la situación con madurez, priorizando el bienestar familiar.

Para concluir, dejó claro que su decisión de avanzar es inamovible. A pesar de los altibajos y de la exposición mediática, está determinada a cerrar este ciclo y a enfocarse en construir un futuro más estable y positivo.
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






