Jorge Ramos sacudió el tablero mediático… y no lo hizo desde un noticiero, sino desde la calle. Fue en plena transición: dejando atrás casi cuatro décadas en Univision, el periodista anunció que ahora “puede hacer periodismo sin restricciones y sin jefe”.
Y así lo ha hecho, hundiendo simbólicamente a su antiguo empleador en plena entrevista viral.

MIRA EL VIDEO DEL NUEVO PROYECTO DE JORGE RAMOS AL FINAL DEL CONTENIDO
Después de dejar Univision en diciembre de 2024, Ramos no cayó en la nostalgia. Al contrario: se plantó firme sobre la idea de un periodismo libre, sin filtros.

“Esto es periodismo directo, sin filtros ni censura. Quiero dar espacio a historias que suelen quedar fuera del radar”, declaró hace unos días en una publicación que ya recorre redes y que ha sido retomada por medios virales.
Desde entonces se le ha visto, cámara en mano, documentando marchas, hablando con líderes comunitarios e incluso ingresando a refugios de migrantes. En una de esas coberturas amplió: “Esto es periodismo directo, sin filtros ni censura… historias que suelen quedar fuera del radar”.

Su proyecto ya se asoma: un formato digital con el sugerente título “Así veo las cosas”, cuya primera entrega fue anunciada para el lunes 23 de junio.
Vuelve al ruedo con la idea de informar al público latino “sin intermediarios”, directo al celular y sin ataduras a grandes cadenas.

Este quiebre no es casual. Ramos cerró 39 años en Univision en medio de críticas a la cadena por supuestas coberturas complacientes —especialmente en relación con entrevistas a políticos controversiales—, un episodio que le costó acusaciones públicas sobre la independencia del noticiero.
Ahora su voz suena fuerte y clara, sin el respaldo ni las limitaciones de una corporación.

A CONTINUACION MIRA EL VIDEO DEL NUEVO PROYECTO DE JORGE RAMOS:
News
Mientras mi esposo me golpeaba con un palo de golf, oí a su amante gritar: “¡Mátalo! ¡No es tu hijo!”. Sentí que mi mundo se derrumbaba… hasta que la puerta se abrió de golpe. Mi padre, el despiadado director ejecutivo, rugió: “Hoy pagarás por lo que hiciste”. Y en ese momento, supe… que la verdadera tormenta apenas comenzaba.
Mientras mi esposo, Andrew, me golpeaba con un palo de golf en medio del salón, apenas podía proteger mi vientre de…
Después de pasar seis meses cosiendo a mano el vestido de boda de mi hija, entré en la suite nupcial justo a tiempo para escucharla reír: “Si pregunta, dile que no me queda. Parece algo sacado de una tienda de segunda mano.” Tragué mi orgullo, enderecé la espalda y me llevé el vestido en silencio. Pero más tarde, ocurrió algo inimaginable…
Durante seis meses, cada noche después del trabajo, Elena se sentaba frente a la máquina de coser y continuaba, puntada por puntada,…
Me casé con un hombre sin hogar al que todos se burlaron y ridiculizaron durante toda la boda… pero cuando tomó el micrófono y habló, reveló una verdad que nadie podría haber imaginado y dejó a toda la sala entre lágrimas y en shock…
El día de mi boda con Daniel comenzó con un murmullo incómodo que recorrió toda la iglesia como un viento…
Mi hijo me golpeó, pero guardé silencio. A la mañana siguiente, cociné un banquete suntuoso. Él bajó las escaleras, vio el mantel de encaje y las galletas, sonrió y dijo: ‘Así que, mamá, por fin aprendiste’, pero su rostro cambió de color en cuanto vio a la persona sentada a la mesa…
El sonido de la bofetada fue seco y resonó en la cocina como un disparo. No era la primera vez…
En la cena familiar estaba sentada allí con el brazo roto, sin poder siquiera comer. Mi suegra dijo: “Mi hijo le dio una lección”. Y su hermana presumió: “Ella pensó que mandaba”. Yo solo sonreí. Treinta minutos después, sonó el timbre y él descubrió quién realmente manda en esta casa.
Aquella noche en la cena familiar todo olía a carne asada, vino barato y tensión contenida. Yo, Emily Carter, estaba sentada…
En la cena familiar, mi esposo me vertió sopa caliente sobre la cabeza mientras su madre se reía. Luego dijo: “Tienes diez minutos para largarte.” Me limpié la cara, saqué unos papeles de mi bolso, los puse sobre la mesa y dije con calma: “Tienes razón. Diez minutos después…”
La cena familiar en casa de los Miller siempre había sido un campo minado emocional para mí, pero aquella noche…
End of content
No more pages to load






