Hay gestos que definen a un padre para siempre, y Rubby Pérez dejó uno grabado en el corazón de su hijo desde muy temprana edad.

Cuando apenas comenzaba su carrera como cantante en la orquesta de Fernando Villalona, Rubby recibió su primer pago: 35 pesos. Aunque era una suma modesta, ya sabía en qué lo iba a usar.

Su hijo, como muchos niños de la época, iba donde los vecinos a ver televisión. Sin embargo, en más de una ocasión lo sacaban, haciéndolo sentir incómodo y rechazado.

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Al enterarse de esto, Rubby le hizo una promesa: “Cuando me paguen, te compro tu propio televisor”. Y así lo cumplió.

Con esos primeros 35 pesos, lejos de gastarlos en él mismo o en celebraciones, el joven Rubby adquirió un televisor.

Para que su hijo pudiera disfrutar desde casa sin sentirse menos. No era solo un electrodoméstico, era un acto de amor, dignidad y protección.

Este gesto habla del tipo de hombre y padre que fue Rubby Pérez: alguien que, aún sin tenerlo todo, sabía priorizar lo más importante.

Muchos padres deberían imitar esta acción, pues demuestra que no hace falta ser millonario para marcar una diferencia en la vida de un hijo.

Basta con tener corazón, compromiso… y cumplir lo que se promete.

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