Sí, la hija de Lili Estefan llegó al set del programa mañanero más querido por los latinos, luciendo su corona como si la hubiera llevado puesta desde la cuna.
Entre luces, cámaras y muchos “¡bravos!”, Lina deslumbró desde el primer segundo, y no solo por su look impecable, sino por esa actitud entre dulce y poderosa que ya se está volviendo su marca registrada.

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Los conductores, como era de esperarse, la recibieron con halagos y también con mucha emoción, porque no todos los días se tiene a una reina recién coronada sentada en el estudio.

Lina habló sobre lo que significó para ella representar a Cuba, lo que sintió al ganar la corona y cómo vivió cada momento de esa noche tan comentada… ¡sí, incluso ese tropezón viral que por poco la hace rodar por el escenario!
Pero ella, fiel a su estilo, se rió, le quitó peso al tema y lo convirtió en anécdota de reina con clase.

Y mientras muchos esperaban que solo hablara de belleza, Lina se encargó de dejar en claro que tiene mucho más para decir. Con naturalidad habló de sus sueños, de cómo se ha preparado y del orgullo que siente por sus raíces.
No se olvidó tampoco de mencionar a su mamá, quien –aunque no estaba en el estudio– seguro estaba pegada al televisor con los ojos vidriosos y el corazón explotando.

Así, entre entrevistas, saludos y uno que otro “¡Qué bella estás!”, Lina se robó el show en Despierta América.
Pero lo más lindo de todo fue ver cómo, sin perder la humildad, esta nueva Miss Cuba pisa cada vez más fuerte… con tacos, corona y un carisma que no se compra en ningún certamen.

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